La ciencia ha comprobado que existen alimentos que pueden resultar útiles para estimular las capacidades cognitivas.
ESTILO DE VIDA.- La memoria se va deteriorando con el paso del tiempo, pero con un estilo de vida saludable podemos ayudar a proteger nuestro cerebro. Desde Harvard señalan que cada vez hay más pruebas que demuestran el impacto positivo en las capacidades cognitivas.
Esta claro que una alimentación saludable y el ejercicio regular influyen en la salud física de las personas. Cuidarse ayuda a prevenir enfermedades no transmisibles como la diabetes, las cardiopatías, los accidentes cerebrovasculares y el cáncer, según la Organización Mundial de la Salud (OMS).
Un último estudio chino arroja luz sobre el efecto de una dieta sana en la memoría. Los investigadores seleccionaron a 29.000 personas con una edad promedio de 72 años. Estos mantenían 6 hábitos saludables, como una alimentación saludable o una actividad física con regularidad. Tampoco fumaban ni bebeían alcohol. Los participantes fueron seguidos durante 10 años para evaluar sus habilidades como la memoria.
Al final de la investigación, las personas que siguieron al menos cuatro hábitos saludables mostraron un deterioro de la memoria significativamente más lento que las personas que no practicaban ningún hábito saludable.
Alimento bueno para la memoria
La ciencia también ha comprobado qué tipo de alimentos pueden resultar útiles para proteger la memoria. La remolacha es uno de ellos, según un estudio presentado en la Reunión y Exposición Nacional de la American Chemical Society (ACS).
En este trabajo se buscó sus efectos para combatir el Alzheimer, según explican en el blog Madridmasd. Se cree que esta enfermedad puede tener su origen en la beta-amiloide, “un fragmento de proteína adhesiva, o péptido, que se acumula en el cerebro y altera la comunicación entre las neuronas”.
Pues estas investigaciones apuntan que la betanina de la remolacha podría ayudar a combatir este componente y así al progreso del Alzheimer. Actuaría como inhibidor de ciertas reacciones químicas en el cerebro que influyen en el avance de la enfermedad.
Desde el blog explican que el beta-amiloide es nocivo cuando se adhiere a metales como el hierro o el cobre. “Estos metales pueden hacer que estos péptidos se repliquen mal y se unan con grupos que pueden promover inflamación o/y procesos similares a la oxidación, dejando a las neuronas disfuncionales”, señalan.
Aquí jugaría un importante papel la betanina de la remolacha. Los investigadores comprobaron que al incluir este componente a la mezcla de beta amiloide y cobre, la oxidación se redujo hasta en un 90%. Este descubrimiento, aunque debe seguir estudiándose en profundidad, abre una nueva puerta en las investigaciones sobre el Alzheimer.
Concluyeron que el componente que da ese color rojizo a la remolacha puede contribuir a retrasar la acumulación de proteínas mal plegadas en el cerebro, un proceso asociado con la enfermedad de Alzheimer.
