Hay que crear una cultura del aprecio, dicen dos reconocidos psicólogos
ESTADOS UNIDOS .- La ciencia demuestra que el amor es una emoción compleja, una construcción hipotética que depende de cientos de conexiones, posibilidades e interpretaciones. Es un sentimiento que, a pesar de lo que dice la publicidad, tiene sus bases orgánicas en el cerebro y no en el corazón. Estamos programados genéticamente para amar y nuestros genes se activan gracias a la química cerebral: la oxitocina despierta los primeros momentos de la seducción, el encuentro y la permanencia.
Casados desde hace más de 35 años, John Gottman y Julie Schwartz Gottman son dos psicólogos estadounidenses mundialmente conocidos por su trabajo sobre la estabilidad de las relaciones y la predicción del divorcio. Juntos fundaron The Gottman Institute y Love Lab, y escribieron “La receta del amor: Siete días para más intimidad, conexión y alegría” y “10 principios para hacer terapia de pareja efectiva”.
“En nuestros 50 años trabajando como psicólogos, estudiamos a más de 40.000 parejas a punto de iniciar terapia de pareja. Nuestra investigación no solo nos ha ayudado a mantenernos felizmente casados durante 35 años, sino que también nos ha enseñado a identificar cuándo una relación se encamina hacia el desastre”, aseguraron los especialistas en diálogo con CNBC.
En un estudio, los expertos fueron capaces de predecir con un 94% de exactitud si una relación duraría o no, tras observar a una pareja durante sólo 15 minutos.
“Tenemos que buscar activamente lo que nuestra pareja hace bien. Encontrar lo bueno que está oculto y pasado por alto, y señalarlo”, aconsejaron.
Pero si en lugar de encontrar y valorar los aspectos positivos de uno y otro, se procede con poner en relieve lo malo y estar constantemente criticando, despreciando, estar a la defensiva y establecer un muro de piedra, estos elementos se convierten en los cuatro jinetes del Apocalipsis.