EL SALVADOR.- En La Cadena Mundial de Las Cosas Como Son, la analista política, Mélida Villatoro, afirmó que el único que puede cambiar el proyecto de Ley de Presupuesto General del Estado 2025 en el ramo de educación para descongelar los escalafones es el ministro Mauricio Pineda.
«Esta Asamblea Legislativa no va a modificar ni un presupuesto, de ningún ministerio» aunque el gremio de salud o educación asista a la Comisión de Hacienda, sostuvo Villatoro.
«El presidente (Ernesto Castro) dijo que van a apoyar lo que el Ejecutivo ha presentado, y está bien. Los van a oír (a los gremios), sí, pero el Ejecutivo presentó (el presupuesto, por lo que, los diputados no harían cambios). Entonces, ¿quién es el que puede luchar a la par del gremio? Los ministros de Educación y de Salud», subrayó.
Hasta el momento, la Asociación Nacional de Educadores Salvadoreños ANDES 21 DE JUNIO informó que el escalafón para el sector docente continuará en 2025 tras llegar a un acuerdo con el Gobierno y el Ministerio de Educación e indicaron que crearán mesas de trabajo para abordar temas en beneficio de los docentes.
El economista Francisco Lazo dijo que un elemento «importante» que debe abordar en esa mesa de trabajo, «no debe de ser única y exclusivamente que el escalafón se cumpla, sino que debe haber una negociación más amplia, en el sentido de decir que los gremios mejoren la calidad de los servicios que los maestros están dando».
Lazo instó al gobierno a decirle a los gremios: «Nosotros les vamos a responder con el escalafón y ustedes tienen que poner su cuota de apoyo a esto (mejorar la educación)».
Y es que, actualmente, «cuando se ve los resultados de educación, realmente, a uno lo asustan, en cualquiera, Avanzo, PAES, la prueba internacional PISA, salimos reprobados; en el examen de admisión de la UES, reprobado; y ¿es culpa de los estudiantes? No, es culpa de la educación que ellos han recibido deficiente, y ¿quiénes son los responsables? Los maestros», aseveró el economista.
«Por lo tanto, este es un momento para presionar que el gremio de maestros mejores sus habilidades y sus condiciones de transmitir los conocimientos para que quede en el olvido esto de las malas notas que en promedio sacan nuestros estudiantes, es un momento de oportunidad», opinó Lazo.
Por lo anterior, Lazo sostuvo que si el escalafón para maestros va a seguir, debería estar basado en mejorar la educación. «Este momento de oportunidad para incluir todo eso en una mesa de negociación y que haya compromiso del gremio magisterial de decir, miren, vamos a poner más esfuerzo en mejorar la calidad de lo que nosotros le estamos enseñando a los estudiantes», subrayó.
Por su parte, el analista político, Nelson Flores, remarcó que los sindicatos y las gremiales «deben de estarle apostando a acompañar al ministro de Educación a mejorar la calidad de la educación, en todos sus niveles y estamentos, pero para eso tiene que haber un diálogo casi permanente, y no solamente aparecer en momentos coyunturales cuando se toca realmente los bolsillos de los maestros», acotó.
En ese contexto, Flores recomendó al Ministerio de Educación y a las gremiales a trabajar en un sistema de educación que genere cambios en la sociedad por que «cuando existe cambios profundos en educación en cualquier sistema del mundo, se transforma una sociedad».
Por el contrario, en El Salvador, lo que se ha hecho con impulsar programas de educación, «son cambios cosméticos, pero que no se ven reflejados en un cambio social, ni en transformar una sociedad», aseguró el analista.
«Lo que se requiere ahora, con las aplicaciones tecnológicas y con la llegada de la inteligencia artificial a los sistemas educativos, es que se exige una verdadera reforma que le dé otro rostro a la educación, pero que llegue a transformar una forma de vida y una conducta social diferente», declaró Flores.
Y es que, según el académico Rafael Góchez, la crisis de los sistemas educativos es una lucha permanente en todos los países, «creo que porque siempre habrá un conflicto generacional, es decir, quienes diseñan los programas de estudio son personas adultas, generalmente con mucha experiencia, pero como los tiempos cambian, resulta que el estudiante siempre está en un desfase entre lo que ellos reciben y lo que ellos perciben que es lo que les va a servir en la vida», explicó.
Entonces, «existe un aspecto fundamental de desmotivación, yo creo que permanente, y últimamente, se ha agudizado mucho más, en el sentido de que el estudiante se pregunta: ¿todo esto que estoy haciendo en la escuela, de qué me va a servir?», concluyó.
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