ESTADOS UNIDOS.- Los alimentos ultraprocesados como pizzas, hamburguesas, papas fritas y salchichas o hot dogs, pueden causar tanto daño al hígado como el consumo de alcohol. El problema no emerge cuando la ingesta es esporádica, pero cuando estas opciones representan más del 20% de la ingesta diaria de una persona, su salud está en riesgo, así lo informó Infobae.
Los alimentos ultraprocesados, denominados comúnmente como “comida rápida”, tienen alto contenido de sodio, grasas y azúcar añadida que no solo provoca aumento de peso, también afecta la salud cardiovascular al aumentar el riesgo de hipertensión o colesterol elevado. Ahora, un nuevo estudio brinda una motivación adicional para reducir la frecuencia de estos productos en la dieta de todos los días.
Una investigación publicada en la revista Clinical Gastroenterology and Hepatology encontró que el consumo de comida rápida está asociado con la enfermedad del hígado graso no alcohólico (HGNA). Una enfermedad potencialmente mortal producida por la acumulación de grasa en el hígado y que puede derivar, en estadios más avanzados, en cirrosis y en cáncer hepático.
Las personas con obesidad o diabetes que consumen el 20% o más de sus calorías diarias de comida rápida tienen niveles muy elevados de grasa en el hígado en comparación con quienes consumen menos o nada de comida rápida. En cuanto a la población sin antecedentes de enfermedades metabólicas, encontraron aumentos moderados de grasa en el hígado cuando una quinta parte o más de su dieta consistía en alimentos ultraprocesados.
La enfermedad del hígado graso no alcohólico, también conocida como esteatosis hepática, puede provocar cirrosis o cicatrización del hígado, lo que puede causar cáncer o insuficiencia hepática. La esteatosis hepática afecta a más del 30% de la población estadounidense.
En América Latina, el 25% de la población adulta padece la enfermedad por hígado graso no alcohólico. Y la mala noticia es que casi no da síntomas en la etapa temprana. Como la patología puede avanzar de manera silenciosa y causar una cirrosis o un cáncer de hígado hoy los médicos alertan que hay que prestarle más atención. Además, la enfermedad se está adelantando: se detectan cada vez más casos de hígado graso en adolescentes.
Detalles del estudio
“Los hígados sanos contienen una pequeña cantidad de grasa, por lo general menos del 5%, e incluso un aumento moderado de grasa puede conducir a la enfermedad del hígado graso no alcohólico”, precisó la doctora Ani Kardashian, hepatóloga de la Escuela de Medicina Keck y autora principal del estudio.
“El aumento severo de la grasa hepática en personas con obesidad o diabetes es especialmente sorprendente, y probablemente se deba al hecho de que estas condiciones causan una mayor susceptibilidad a la acumulación de grasa en el hígado”. Estudios anteriores habían demostrado un vínculo entre la comida rápida y la obesidad y la diabetes, éste es uno de los primeros estudios que demuestra el impacto negativo de la comida rápida en la salud del hígado.
Una cantidad relativamente moderada de comida rápida, rica en carbohidratos y grasas, puede dañar el hígado, según los hallazgos del estudio que analizó datos de la encuesta nutricional anual más grande de EEUU, la Encuesta Nacional de Examen de Salud y Nutrición 2017-2018. Evaluaron la medición del hígado graso de 3.954 adultos y lo compararon con su consumo de comida rápida.
De los encuestados, el 52% consumía alguna comida rápida. De estos, el 29% consumía una quinta parte o más de las calorías diarias de la comida rápida. Solo este 29% de los sujetos de la encuesta experimentó un aumento en los niveles de grasa en el hígado.
La asociación entre la esteatosis hepática y una dieta con un 20% de comida rápida se mantuvo estable tanto para la población general como para las personas con obesidad o diabetes, incluso después de que los datos se ajustaron por muchos otros factores, como la edad, el sexo, la raza, el origen étnico, el consumo de alcohol y la actividad física .
“Nuestros hallazgos son particularmente alarmantes ya que el consumo de comida rápida ha aumentado en los últimos 50 años, independientemente del nivel socioeconómico”, dijo Kardashian.
Este aumento en el consumó no mermó durante los confinamientos por la pandemia, sino que se acrecentó: “También hemos visto un aumento sustancial en el consumo de comida rápida durante la pandemia de COVID-19, lo que probablemente esté relacionado con la menor oferta de restaurantes de servicio completo y el aumento de las tasas de inseguridad alimentaria. Nos preocupa que el número de personas con hígado graso haya aumentado aún más desde el momento de la encuesta”.
Actualmente, la única forma de tratar la esteatosis hepática es a través de una dieta balanceada indicada por un profesional de la salud. Por eso, los investigadores esperan que su estudio alerte sobre la necesidad de ofrecer más educación sobre nutrición a tanto a la población general como a aquellos con obesidad o diabetes que tienen un mayor riesgo de desarrollar hígado graso debido a la comida rápida.