Douglas Meléndez y el centro de escuchas que se convirtió en tres años de presión y espionaje de Estado (primera entrega)

Douglas Meléndez y el centro de escuchas que se convirtió en tres años de presión y espionaje de Estado

Una investigación periodística revela las acciones irregulares del exfiscal Douglas Meléndez al frente del Centro de Escuchas Telefónicas de la FGR.

POR REDACCIÓN.- SAN SALVADOR.- Con esta publicación este medio da inicio a una serie de reportajes con los que se presentará la investigación periodística efectuada a partir de la divulgación en su versión pública del Informe de Fiscalización efectuado por la Procuraduría de la Defensa de los Derechos Humanos (PDDH), en el Centro de Intervención Telefónica (CIT)  de la Fiscalía General de la República (FGR), correspondiente del 1 de enero al 31 de diciembre de 2016.

Esta primer entrega, indaga sobre la forma en que el exfiscal Douglas Meléndez instrumentalizó el Centro de Escuchas para sus propios fines de controlar la actividad de la institución que dirigía; pero también para fabricar casos penales, conocer los movimientos de funcionarios públicos, empresarios, periodistas y otras personas a las que consideraba peligrosas o a quienes pretendía alinear para desarrollar su particular forma de administrar justicia.

Meléndez llega al trono

El día 6 de enero de 2016, la Asamblea Legislativa eligió para el cargo de fiscal general, con 83 votos, a Douglas Arquímides Meléndez Ruiz, una decisión que sorprendió a muchos, pues aunque se trataba de un exfiscal auxiliar que se desempeñó en unidades anticorrupción, tenía cuestionamientos sobre la legalidad de su título y sobre procedimientos viciados durante el desarrollo de investigaciones a su cargo. Al momento de ser electo, trabajaba en la Dirección Legal de CEPA, donde aún se cuestiona el hecho de haber sido indemnizado con un monto superior al que legalmente le correspondía.

Un empleado administrativo de la época, quien aceptó hablar, bajo reserva de no divulgación de su nombre, por temor a represalias, contó cómo se vivió aquella primera noche de Meléndez como fiscal general. “Douglas era un viejo conocido en la institución -apodado pollo crudo- nunca destacó en lo intelectual, pero sus superiores le estimaban por su disciplina y su apego a las órdenes dictadas, por encima muchas veces de la legalidad misma.

El día de su elección, se hizo acompañar de sus familiares y pidió que le abrieran las oficinas donde se encuentra el despacho del fiscal general, donde ingresaron, inclusive acompañados de Mariachi, para celebrar”, expresó.

Así iniciaba la historia de Douglas, en la “silla” más poderosa del país; ya que a pesar que públicamente manifestó desdeñar la silla utilizada por su antecesor, según las fuentes consultadas, Meléndez superó cualquier grado de corrupción, abuso y uso indiscriminado de sus herramientas de justicia para sus propios fines de poder, convirtiendo la Fiscalía en un “Centro de Terror”

Surgimiento del clan familiar para consolidar el poder absoluto

De acuerdo a un exagente auxiliar de fiscalía que formó parte de la Unidad de Delitos de Crimen Organizado (UCCO), quien buscó a este medio y solicitó la oportunidad para expresar lo que conoció en esa oficina, bajo reserva de anonimato, por los intereses que se manejaron en la institución y distintas personas del ámbito de Seguridad Pública que están involucrados en los mismos, manifestó que una de las acciones inmediatas de Douglas Meléndez Ruiz, consistió en volverse infranqueable en su equipo de trabajo, por lo que nombró a su primo hermano, Wil Walter Ruiz, como jefe de la unidad de crimen organizado, a su comadre, en la secretaría general de la fiscalía y en otros puestos a su selecto círculo de confianza.

Así, Wil Walter Ruiz, se constituirá en el operador de todas las tramas del entonces fiscal general, a través de la UCCO, al grado que según el exagente consultado “el tema de las escuchas telefónicas se convirtió en la fuente de información diaria y permanente para el fiscal general y su primo, así sabían los movimientos de las personas que eran de su interés, para perfilar sus acciones; convirtieron el Centro de Escuchas en su Organismo de Inteligencia y desde allí construyeron todo un sistema de persecución, con el fin de tener medios de chantaje a empresarios y políticos; además que crearon los medios para vender justicia” destaca, mientras recuerda cómo poco a poco todos los agentes fiscales de esa unidad se fueron viendo envueltos en esa estructura.

El pasado de Wil Walter Ruiz en el centro de escuchas

A Wil Walter Ruiz, el nombramiento de su primo com Fiscal General, le sentó perfecto, pasando de una Jefatura en la Unidad de Vida de la institución a ser el Jefe de la UCCO, es decir que pasó de una unidad compleja y caótica, a una unidad especializada, con facultades plenipotenciales, vehículos blindados y uso indiscriminado de las escuchas telefónicas. Esto último no era nada nuevo para él, pues durante la administración de Luis Martínez, laboró un tiempo en el Centro de Escuchas, hasta que fue removido por “falta de confianza”, según la fuente. Lo más importante es que conocía de expedientes de intervenciones telefónicas útiles en esta nueva etapa, bajo la batuta de su primo hermano.

Así, relata el exagente auxiliar, se suscita a principios de mayo de 2016, una reunión de la cual tuvieron conocimiento, por comentarios de Wil Walter Ruiz, pues la UCCO, estaba integrada por el personal de más confianza para aquel; que se realizaría en una Residencial de Lujo de Santa Elena, propiedad de un reconocido y mediático empresario relacionado con negocios de alimentos y dueño de un Equipo de Fútbol en Primera División. La cual manifestó recordar muy bien, por dos razones: la primera, porque allí se comenzó a fraguar un plan para criminalizar al empresario Enrique Rais y algunos de sus familiares; y la segunda, porque desde ese momento la UCCO, se convirtió en una “Unidad Paralela sin control, a la que algunos sirvieron por conservar su empleo, pero la mayoría encontró la oportunidad de hacer negocios con información y creando casos penales, de la que obtuvieron grandes beneficios. Muchos cambiaron su estilo de vida, sus vehículos, ropa de mejores marcas”, destaca la fuente.

Wil Walter Ruiz, conocía de toda la información que se encontraba en el Servidor No. 3 del Centro de Escuchas y pronto designó a dos de sus fiscales más de confianza, para que hicieran un rastreo y escucharan audios que pudieran servir para promover procesos contra personas sobre las que ya se había negociado su persecución penal; estas fiscales eran Mayra Raquel Guerra y Xenia Lizeth Linares, a quienes se autorizó -pese a no formar parte de las Fiscales asignadas al Centro de Escuchas- para ingresar y permanecer en el Centro, seleccionando audios para distintos fines, ya que en unos casos se judicializarían las escuchas y en otras serían filtrados a través de algunos medios periodísticos para poder presionar a ciertos funcionarios especialmente del Órgano Judicial.

Según la fuente, al buscar los expedientes de escuchas, se toparon con que en el 26-UEIT-2014, donde esperaban encontrar ilícitos de Enrique Rais, éste no aparecía intervenido, por lo que adecuaron el expediente para hacerlo aparecer, siendo el motivo de tantas inconsistencias en el mismo y del por qué también posteriormente manipularon información de un Testigo protegido con ayuda del Juez 8o de Instrucción, que en compañía de Wil Water Ruiz montaron la diligencia en la sede del Juzgado de Instrucción de San Luis Talpa.

En esa misma búsqueda manifiesta la fuentes, que encontraron muchos audios de intervenciones archivadas, que surgieron de ampliaciones de otras escuchas; entre ellos de los magistrados de Corte Suprema de Justicia Óscar López Jerez y Elsy Dueñas, de los expresidentes Elías Antonio Saca y Mauricio Funes; de Herbert Saca, Fito Salume, general David Munguía Payés, Guillermo Gallegos; Ernesto Muyshondt, Salvador Ruano, monseñor Fabio Colindres, así como de varios abogados reconocidos, detalla según recuerda.

Divulgación de escuchas y seguimiento periodísticos

El día 8 de septiembre de 2016, el periódico digital “EL FARO” realiza la publicación titulada “El magistrado de la Corte Suprema que decía tener influencia en el exfiscal Martínez” incorporando un audio de una supuesta conversación del licenciado Óscar López Jerez sobre un proceso penal promovido contra una de sus clientes (pues en la época de la llamada aquel era litigante) en las que aludía favorecimientos del entonces Fiscal General, Luis Martínez.
 
La fuente, sobre este punto, hace ver que la instrucción de Douglas Meléndez, fue que se compartieran los audios con medios periodísticos específicos para generar tendencia social y provocar noticias criminis con las que iniciar oficiosamente investigaciones y tener en algunos casos “alineadas a las personas” y en otras proceder con acciones penales.

Lo mismo habría ocurrido con los “audios” divulgados por la Revista Factum, sobre una supuesta compra de voluntades de diputados “tránsfugas” en la Asamblea Legislativa dirigida por el expresidente Mauricio Funes; como también sobre la compra y divulgación del ROS, a partir del que se procesó al expresidente Francisco Flores. De acuerdo a la fuente, «no le consta que la Fiscalía los haya entregado directamente a los medios digitales, lo que sí está seguro, que el plan de Douglas Meléndez siempre fue divulgarlos, para lo cual una Técnica Informática que no estaba adscrita al Centro de Escuchas y que es pariente de Wil Walter Ruiz, se ocupaba de su selección y edición.

De centro de escuchas a un “centro de contrainteligencia”

Relata el exagente fiscal, que a Douglas Meléndez no le bastaba con la información extraída del Servidor No. 3 del Centro de Escuchas, cada vez necesitaba tener más control en lo político y lo judicial, por lo que una asesora extranjera con experiencia en esa clase de estructuras paralelas de investigación, les ayudó a construir su modelo de “espionaje”.

Entre las acciones decididas se encontraba intervenir números telefónicos de diputados y operadores legislativos de forma previa a la elección de funcionarios públicos por parte de la Asamblea Legislativa; intervenir teléfonos de operadores políticos y candidatos a cargos de elección popular previo a campaña -como las elecciones de diputados y alcaldes del año 2018- para conocer quiénes eran sus financistas y cualquier pacto realizado; intervenir líneas de funcionarios judiciales del más alto nivel para encontrar el modo de presionarlos; de igual manera actuó con los funcionarios del Gobierno y con grandes empresarios del país. 

Para lograr este acceso ilimitado, se auxilió de los Jueces 4°. y 8°. de Instrucción, quienes lograron esos puestos por petición del exfiscal general Meléndez. “Ya desde septiembre de 2016, su poder de control era absoluto”, complementa.

El exfiscal general, utilizaba toda la información recolectada para presionar e inmovilizar cualquier acción que lo afectara, así la fuente recuerda que después de nombrada a fines de  septiembre de 2016, la Procuradora de Derechos Humanos, Raquel Caballero de Guevara; Douglas Meléndez la visitó a mediados de octubre de ese año. Resulta que se habían interpuesto denuncias por violación al derecho de intimidad, por uso de escuchas ilegales y vencidas en el caso “RAIS-MARTÍNEZ” y se hizo del conocimiento público que la Procuradora estaba interesada en ahondar si había violaciones a derechos humanos. De manera que el exfiscal Meléndez, le hizo ver a la Procuradora que contaba con grabaciones donde Marco Antonio Guevara Arévalo, esposo de ésta y quien labora como Asesor en la Asamblea Legislativa, hacía solicitudes a su nombre con un diputado del Partido GANA, para que la apoyará. (La Procuradora finalmente fue electa con 71 votos).

Desde aquel momento la Procuradora, no se pronunció sobre ningún hecho de violación de derechos humanos cometido por el Fiscal General Meléndez, mientras éste estuvo en funciones, ni se divulgaron públicamente las violaciones advertidas en el funcionamiento del Centro de Escuchas, es más, alguna vez ocurrió que inclusive la Fiscalía censuró abiertamente la función de la PDDH por supuestamente inmiscuirse en roles propios del Ministerio Público, agregó el consultado.

La última “trama” por alcanzar la reelección

Cuando se abrió el proceso para elección de Fiscal General por el periodo 2019-2021, Douglas Meléndez ordenó al Director del Centro de Escuchas -Froilan Coto- intervenir los teléfonos de varios candidatos potenciales al cargo, entre ellos intervino a un Asesor de la misma Fiscalía que se postuló y al actual Fiscal General, Raúl Melara. Fue indignante ver a finales de enero de este año a Froilan Coto dirigiéndose a los diputados de la Comisión de Puntos Constitucionales y Legislativos, sobre el Informe Anual de Escuchas, a la par de Raúl Melara, a quien “pinchó” con el único fin que no alcanzara su elección. Expresó la fuente con un visible grado de indignación.

Producto de las llamadas “pinchadas”, Douglas Meléndez, estuvo a punto de proceder solicitando Antejuicio contra una magistrada de la Corte Suprema de Justicia, por la comisión del delito de  cohecho propio, en un supuesto entramado de corrupción donde el hijo de la magistrada negociaba resoluciones favorables a los peticionantes. Su interés según el consultado era presionar a ciertos diputados afines a la magistrada, para que le dieran sus votos.

Finalmente, una fuente cercana al presidente electo, Nayib Bukele, ha confirmado que una parte de sus asesores, estaría de acuerdo con que Douglas Meléndez tome un cargo dentro del Gabinete de Justicia y Seguridad Pública, a lo cual el presidente no estaría muy convencido, por lo que aún asoma la posibilidad que sigamos viendo a Meléndez al frente del aparato de Estado.