Dr. Nelson Flores especialista en administración pública, graduado de la universidad de New México EE.UU.
EL SALVADOR.- Cada año que finaliza, genera en el ser humano, sentimientos de augurios, impregnados de esperanzas, retos y desafíos para ese futuro inmediato, que en algunos se refleja en la expectativa de un nuevo trabajo, otros en adquirir una casas propia, un nuevo carro, empezar un nuevo negocio o una carrera profesional, es decir todas las áreas de la actividad humana se sumergen en un mar de deseos ,, sueños y expectativas acordes a las actitudes motivacionales y particulares de quienes las impulsan, por esas y otras más razones se espera con mucha ansiedad la llegada del nuevo año, para los cristianos cada año significa estar más cerca de la venida de nuestro Señor Jesucristo a esta tierra.
Todos estos sentimientos corresponden a ese saber filosófico que nos da la visión de la estructura íntima del ser humano, se trata de saber o reflejar lo que el hombre hace de acuerdo al sueño y visión que tenga de la vida y que representa su ser. Está filosofía del ser que afrenta en cada año debe congratularse con la realidad de un mundo global dónde la ciencia , la tecnología, el internet de las cosas, el metaverso y los robots, están cambiando la forma de vida de la humanidad de manera disruptiva, puede parecer que la filosofía que toca la esencia de las aspiraciones del ser humano , quedase relegada por la primacía del conocimiento, pero no es así, porque el ser humano es y será siempre un ser crítico , reflexivo y analítico con una visión ética , que proporciona recursos para vivir mejor.
Andre Comte, en su libro , ‘El placer de vivir”, plasma en sus escritos la mayoría del hacer cotidiano del hombre, lo cual representa lo que el es, otros filósofos antiguos como Platón , santo Tomás de Aquino , Séneca y Kant, tuvieron una visión del mundo con las expectativas de hoy, de estos filósofos se aprende por ejemplo, que la vida es difícil, que las dificultades que hoy afrontamos no son consecuencias de una crisis cualquiera que está sea, sino, que desde que existe la humanidad, la vida ha sido difícil, y que la felicidad no es tener una vida fácil, sino, que amar la vida es amar también sus dificultades. Para el filósofo, Spinoza (1632–1677) decía que: “no se desea algo porque se juzga bueno, sino que se juzga bueno porque se desea”, esto se explica que nosotros no amamos la vida porque sea buena o fácil, la amamos porque la deseamos y juzgamos que es buena para nosotros.
Cada año nuevo recoge y representa un cúmulo de expectativas que todos nos planteamos de acuerdo a nuestro proyecto de vida y que representan nuestra propia filosofía que es el ser real que llevamos adentro, por lo cual deseamos un feliz 2025, en paz, seguridad, sobrios y en pleno bienestar.