La mayoría de los cuerpos fueron sepultados en el cementerio del cantón El Jagüey, de Conchagua, La Unión.
LA UNIÓN – Varias personas se reunieron ayer para despedir a 10 miembros de la Iglesia Apóstoles y Profetas del cantón El Tamarindo, en La Unión, que fueron víctimas del accidente de tránsito ocurrido el pasado martes 17 de octubre en la curva del cantón El Capulín, en Chirilagua, San Miguel.
Uno de los sepelios fue por la mañana del viernes, en el cementerio del cantón Tierra Blanca, de Chirilagua, en donde fue sepultado el pastor de la congregación, Ángel Torres.
«Él era un hombre muy amoroso que destacó en la obra del Señor. Lo hemos sepultado acá porque él quería quedar con su familia», comentó Juan Pablo Torres, sobrino de Ángel Torres.
Por la tarde, la comunidad El Tamarindo continuó el sepelio de ocho de las 10 víctimas mortales de aquel fatídico accidente de tránsito. Los restos fueron dirigidos en caravana al cementerio del cantón El Jagüey, en Conchagua, La Unión. Entre estos se encontraba Ana Lilian Martínez, de 14 años, quien murió en el lugar de los hechos junto con ocho personas.
«Hay gente que está internada, intubada y esperamos en Dios que no pase más», dijo el pastor Josué Alexis Viera, que forma parte de las comisiones que se han organizado para canalizar las ayudas destinadas a las familias de las víctimas fallecidas y lesionadas.
La tragedia que tocó al cantón El Tamarindo también los convirtió en una comunidad unida, decidida a apoyarse para despedir a sus familiares, amigos y vecinos.