Rusia quiere preparar el terreno para hacer ensayos nucleares, o al menos lanzar un aviso formal en este sentido. La junta de portavoces de la Duma del Estado estudiará en su próxima reunión la revocación de la ratificación por Moscú del Tratado de Prohibición Completa de Ensayos Nucleares (CTBT, por sus siglas en inglés) anunció hoy el presidente del Legislativo ruso, Viacheslav Volodin.
“En la próxima reunión del Consejo de la Duma del Estado debatiremos sin falta el asunto de la revocación del Tratado de Prohibición Completa de Ensayos Nucleares”, escribió Volodin en su cuenta de Telegram.
El Tratado de Prohibición Completa de los Ensayos Nucleares fue adoptado en 1996 por la Asamblea General de las Naciones Unidas. Rusia ratificó el documento, pero Estados Unidos y China no. La última vez que Rusia y Estados Unidos realizaron pruebas nucleares fue en 1990 y 1992, respectivamente.
Esta semana la editora jefe del canal propagandístico RT, Margarita Simonyan, propuso detonar un dispositivo termonuclear “en nuestro propio territorio, en algún lugar sobre Siberia”, aseverando que no tendría ningún impacto sobre los humanos que viven allí. “Lo que sucederá es que todos los dispositivos electrónicos y satélites quedarán fuera de servicio”, dijo Simonyan en su programa de televisión el lunes.
En su propuesta, Simonyan dijo que era necesaria una detonación nuclear sobre Siberia para enviar un mensaje “doloroso” a Occidente en medio de un “ultimátum nuclear que se está volviendo cada vez más imposible de evitar”. “Ésta es la opción más humana”, insistió.
El Kremlin se distanció de Margarita Simonyan, subrayando que Rusia “sigue obligada por la moratoria internacional sobre las pruebas nucleares”, precisamente en base al acuerdo que ahora se quiere cancelar.