Según estudios científicos, dependiendo la alimentación y dieta que una persona tenga, puede desprender distintos tipos de olores.
Todo el mundo huele diferente cuando suda: algunas personas apenas desprenden algún rastro de olor, mientras que en otras puede ser abrumador.
El profesor Johan Lundström del Karolinska Institutet de Estocolmo ha llevado a cabo una gran cantidad de investigaciones sobre olores y aromas.
Señala que el olor de nuestro sudor depende de muchas variables diferentes.
“Nuestros olores corporales se originan a partir de una combinación de compuestos excretados por diferentes glándulas, que depende en parte de nuestros genes, la población bacteriana de nuestro cuerpo (que se debe a cosas como la limpieza y la genética) y el medio ambiente (humedad, temperatura, aire y presión)… Y finalmente, lo que comemos también puede tener un papel importante que desempeñar».
Entonces, junto con factores más obvios como la genética y cuán limpios somos, la comida que introducimos en nuestros cuerpos puede desempeñar un papel clave en cómo huele nuestro sudor.
No sabemos hasta qué punto los alimentos afectan el olor que emitimos cuando sudamos.
«Hasta donde yo sé, esto no se ha evaluado formalmente», dice Lundström.
Pero sí sabemos cuáles alimentos tienen más probabilidades de influir en el olor.
“Los individuos que comen mucha carne tienden a oler generalmente ‘peor’ que aquellos con una dieta principalmente vegetal.
«Además, como es evidente para la mayoría, alguien a quien le encanta comer ajo probablemente tendrá un olor más fuerte en el sudor”, señala el experto.