Redacción Ciencia (EFE).- Los grandes tiburones también pueden cazarse entre ellos. Las pruebas las presenta un estudio que habla del primer caso documentado de la muerte de una hembra preñada de marrajo sardinero, posiblemente a manos de un tiburón blanco, que es un depredador más grande.
Investigadores de la Universidad Estatal de Arizona (EE.UU.) publican en Frontiers un estudio sobre ese caso de depredación del marrajo sardinero, una especie amenazada según la lista de Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza UICN.
El testigo de la muerte de la hembra de marrajo sardinero es una etiqueta de seguimiento colocada por el equipo, que habría sido ingerida por el tiburón que la devoró y después excretada al mar.
Primer caso documentado de depredación de un marrajo sardinero
Este es el primer caso documentado de depredación de un marrajo sardinero en cualquier parte del mundo, según la autora principal del estudio Brooke Anderson, de la Universidad Estatal de Arizona.
Sin embargo, advirtió de que si este tipo de depredación “está más extendida de lo que se pensaba, podría tener repercusiones importantes para la población de tiburón marrajo sardinero, que ya está sufriendo debido a la sobrepesca histórica”.
En este caso, no solo se perdió a la tiburón hembra en edad reproductora, que podría contribuir al crecimiento de la población, sino también a todas sus crías en desarrollo.
Los marrajos sardineros
Los marrajos sardineros son tiburones grandes, activos, que pueden alcanzar 3,7 metros de largo, 230 kilos y vivir hasta 30 años, aunque algunos ejemplares pueden doblar esa edad.
Las hembras se reproducen desde los 13 años y paren una media de cuatro crías cada uno o dos años, un ciclo reproductivo lento que hace que esta especie no pueda recuperarse de las amenazas a la que está expuesto.
De hecho, el marrajo sardinero del Atlántico Noroccidental figura como especie en peligro en la Lista Roja de Especies Amenazadas de la UICN, mientras que las poblaciones del Atlántico Nororiental y el Mediterráneo están en peligro crítico.
Seguimiento de la hembra devorada
La hembra devorada fue una de las que el equipo marcó con transmisores por satélite en el contexto de un estudio sobre migraciones. Las marcas montadas en las aletas envían la ubicación a los satélites cada vez que se eleva por encima de la superficie.