La idea era que apareciera solo en París, como una sorpresa puntual, aunque ni siquiera eso le gustaba a la cantante.
ESTADOS UNIDOS.- La hija de la Beyoncé, Blue Ivy, se ha unido al grupo de bailarinas de su madre demostrando que el talento se lleva en los genes y que la cantante tiene el relevo asegurado (al menos en cuanto a coreografías se refiere).
Con solo once años la mayor de los hijos que tiene con Jay Z demuestra una impresionante soltura ante los miles de ojos que están clavados en ella. Se ha convertido en todo un fenómeno viral en diversas ciudades por las que ha pasado el tour de su madre generando no solo alabanzas sino, por desgracia y como siempre ocurre, también algunas críticas.
Ha sido la propia Beyoncé, de 42 años, que tiene tablas de sobra para enfrentarse a los desafíos que implica el mundo del espectáculo, quien ha desvelado cómo afronta su hija estos comentarios y qué pensó ella de las ganas que tenía Blue Ivy de salir a escena.
Ha sido durante un documental grabado durante su Renaissance World Tour donde la diva se ha sincerado acerca de esta nueva etapa con su hija.
Admite que no la hizo muy feliz que la Blue Ivy quisiera aparecer con ella. La idea era que apareciera solo en París, como una sorpresa puntual, aunque ni siquiera eso le gustaba a Beyonce que le dijo que el escenario no era lugar para una niña de once años. «Ella me comentó que estaba lista para actuar y yo le dije que no» señala la artista.
«Tiene 11 años, tuvo una semana para prepararse y está mejorando cada vez más», dijo Tina Knowles-Lawson, de 69 años, la madre de Beyoncé. «Así que soy una abuela orgullosa». No obstante en un mundo globalizado estar expuesto supone un riesgo pues nunca se gusta a todos por igual. Jay Z reconoce que está muy orgulloso de lo que ha conseguido su pequeña y cómo se ha enfrentado a tanta atención.