Por Julio Rodríguez
Si han ocurrido cosas que hemos recibido con temor y temblor, pues nada, absolutamente nada, en nuestro diario vivir ocurre sino es la voluntad del Padre, sea bueno o no tanto, es tiempo de leer los entrelineados, esas señales y signos que debemos saber identificar para estar listos a aprovechar las oportunidades que el Señor nos ofrece.
Si en enero el Señor abrió una puerta ¿Para qué? ¿Que quieres hacer conmigo en tus planes? Deben ser nuestras preguntas y, seguramente escucharemos: “hazlo con diligencia y consciente que no es por tus méritos”
Entonces comprenderemos que Él tiene algo mejor y lo de ahora no es la cima a la que hemos de llegar, ni la misión final, siempre habrá algo más en sus propósitos.
Agradezcamos al Maestro de Galilea que nos enseña que somos imperfectos luchando cada día por hacerlo mejor y que siempre queremos estar lo mas cerca que se pueda de lo justo y bueno para todos.
Creo que esta oración en forma de prosa, la compartimos muchos, así que no nos desanimemos por lo que otros piensen, digan o hagan. No saben que no luchan contra nosotros, sino enfrentan a otro que pelea nuestras batallas, el que nos tiene aquí y ahora enseñándonos a vivir y a sobrevivir, el Rey y por tanto, nosotros sus príncipes y princesas.
(Iniciativa 3: Fe y Actitud)