Los servicios de emergencia no han podido llegar todavía a los vehículos sumergidos.
ESPAÑA.- El centro comercial de Bonaire, en Aldaia, uno de los más grandes de Valencia, se ha convertido este sábado en la cara más esperanzadora y también en la más trágica que dejan las inundaciones en las que han muerto más de 210 personas.
Por un parte, este centro de ocio con decenas de tiendas, cines y restaurantes se ha convertido este sábado en el punto de encuentro de los autobuses de voluntarios desde donde Protección Civil los ha ido derivando a los municipios más afectados por la riada en l’Horta Oest, como Torrent o Aldaia, o la Hoya de Buñol y la Ribera Alta, con localidades como Chiva o Catadau.
Los autobuses que emprendía su ruta desde la Ciutat de les Arts i les Ciències, en la capital valenciana, desde primera hora de la mañana de este sábado habían puesto rumbo al centro comercial, lo que ha propiciado que muchos de los voluntarios criticaran esta acción, ya que querían ir a «limpiar casas y calles de los pueblos», según han confirmado los propios testimonios. No obstante, a su llegada a Bonaire, los autobuses partían directos al municipio que les correspondía, donde los voluntarios han llevado a cabo las labores de limpieza.
Centro comercial Bonaire, inundado
Pocos metros más allá de la solidaridad y la esperanza, los voluntarios se encontraban con el horror y el caos provocado por las avalanchas de lodo en el centro comercial.
Tanto en el interior de este enorme centro de ocio como en el exterior, la ropa, la comida, los muebles de las tiendas… Todo está arrasado y cubierto por el barro, las ramas y las cañas arrastradas por el agua. Pero la peor parte se la ha llevado el aparcamiento subterráneo del centro comercial, que este sábado todavía se encontraba completamente anegado.
El agua llegaba hasta el techo y cubría completamente tanto la rampa de acceso para vehículos desde la calle como las escaleras mecánicas que llevan a él desde el interior del centro comercial.
Este parking, con 5.700 plazas, podría haberse convertido en una trampa mortal para las personas que trataron de resguardarse en él o que intentaban sacar sus coches cuando comenzó la inundación.
Los servicios de emergencia han comenzado a achicar el agua del subterráneo y, a la espera de que se pueda acceder a algunas de las partes más afectadas, se desconoce cuántos desaparecidos hay en la zona y si existen víctimas mortales en los aparcamientos y tiendas del interior del centro comercial.
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