En total, unas 140.000 personas perecieron a causa del ataque y destruyó el 40% de la ciudad.
ESTADOS UNIDOS.- Hiroshima y Nagasaki, en Japón, nunca olvidarán el devastador capítulo de guerra que acabó con la vida de miles de personas en sus ciudades. El 9 de agosto de 1945, una bomba atómica fue arrojada sobre la urbe japonesa por el ejército estadounidense, explotando a unos 470 metros de altura, destruyendo el 40% de la ciudad.
Nagasaki recordó este miércoles la tragedia en una ceremonia, más modesta de lo habitual a causa de un tifón convertido en tormenta tropical.
El primer terrible episodio se registró el 6 de agosto de 1945, cuando Estados Unidos lanzó la primera bomba atómica sobre la ciudad de Hiroshima, matando a más de 70 mil personas. Mientras que el segundo ataque de esta índole ocurrió tres días después en la ciudad de Nagasaki, y terminó con la vida de al menos 40 mil ciudadanos.
En ese entonces, el presidente de Estados Unidos, Harry S. Truman, fue quien autorizó el ataque a Hiroshima. Justamente, cuando los científicos estadounidenses trabajaban en el Proyecto Manhattan, después de la rendición de la Alemania nazi, que según data la historia fue en el mes de mayo, tres meses antes del ataque a las ciudades japonesas.
Posteriormente, en ese momento hubo un profunda aprobación entre los integrantes del comité en apoyo a la decisión de atacar; pero fue Henry Stimson, “quien fue muy firme en cuanto a que se debía utilizar la bomba”, dijo a CNN Sam Rushay, el archivero supervisor de la Biblioteca Presidencial Harry S. Truman en Independence, Missouri.
Entretanto, Charles Maier, profesor de Historia en la Universidad de Harvard, dijo que si bien era posible que el presidente Truman tomara otra decisión, “hubiera sido difícil de justificar ante la opinión pública estadounidense por qué se prolongó la guerra, cuando se disponía de esta arma”.
Agregó: “El ejército de EE.UU. no estaba dispuesto a decir que podía ganar la guerra sin la bomba”, aseguró y agregó que la historia data que Hiroshima fue elegida como blanco debido a su importancia militar.
Mientras que Truman justificó: “como el personal ejecutivo que ordenó el lanzamiento de la bomba, creo que el sacrificio de Hiroshima y Nagasaki era urgente y necesario para el bienestar prospectivo de Japón y de los aliados”.