Gemelos siameses fueron separados con éxito tras casi un año en el hospital


ESTADOS UNIDOS.- El embarazo de Tim y Shaneka Ruffin cambió drásticamente cuando, durante una ecografía de rutina a las 12 semanas, descubrieron que sus hijos eran gemelos siameses. La noticia trajo un dilema muy difícil para los padres, ya que les recomendaron interrumpir el embarazo. Shaneka recordó a Abc News que “cuando dijeron que lo mejor era interrumpir el embarazo, hubo muchas emociones”. Sin embargo, la familia decidió buscar una segunda opinión en el Hospital Infantil de Filadelfia (CHOP), donde se les dio una nueva esperanza: a pesar de que sus hijos compartían órganos vitales, podían ser separados con éxito.

Amari y Javar nacieron el 29 de septiembre de 2023 por cesárea, pesando en conjunto alrededor de 2,7 kg. Estos gemelos onfalópagos estaban unidos por la parte inferior del esternón, el diafragma, la pared abdominal y el hígado. La complejidad de su condición requería una minuciosa planificación para la operación de separación. Según el CHOP, se realizaron múltiples estudios de imágenes, incluidos ultrasonidos, resonancias magnéticas y ecocardiogramas fetales, para estudiar su anatomía y trazar un plan que garantizaría un nacimiento seguro.

La cirugía de separación finalmente se realizó el 21 de agosto de 2024. Un equipo multidisciplinario de más de dos docenas de especialistas trabajó durante ocho horas para completar la operación. La Dra. Holly L. Hedrick, cirujana general y fetal pediátrica en CHOP, mencionó: “Separar a gemelos unidos siempre presenta desafíos porque cada par de gemelos es diferente”. En este caso, uno de los aspectos más cruciales fue la separación del hígado compartido, para lo que se utilizó una ecografía intraoperatoria que permitió identificar y separar cuidadosamente los vasos sanguíneos que lo conectaban.

Proceso de recuperación y rehabilitación

Después de la compleja cirugía de separación, Amari y Javar comenzaron un largo proceso de recuperación en el Hospital Infantil de Filadelfia (CHOP), que incluyó fisioterapia, terapia ocupacional y logopedia para ayudarlos a alcanzar hitos de desarrollo como darse la vuelta y gatear. Los gemelos continuaron trabajando con especialistas en la División de Medicina Física y Rehabilitación del hospital para asegurar que su desarrollo físico y motor progresara de manera adecuada. Según explicó la Dra. Cassandra A. Ligh, cirujana plástica pediátrica, en el blog del hospital: “Antes de la cirugía se colocaron expansores de tejido para maximizar la cantidad de piel y tejido blando disponible para la separación”.

A medida que avanzaban en su recuperación, los gemelos aprendieron a moverse de manera independiente, algo que nunca habrían podido hacer si hubieran permanecido unidos. Su madre, Shaneka Ruffin, relató emocionada a People: “Verlos a cada uno en su propia cama fue una sensación indescriptible”.

Regreso a casa

El 8 de octubre de 2024 marcó un hito importante para la familia Ruffin. Después de casi un año en el hospital, Amari y Javar pudieron regresar a casa por primera vez. Allí, los esperaban con ansias sus hermanos mayores, Kaylum y Anora, quienes finalmente podrían convivir con sus hermanos menores fuera del hospital. Según explicó su madre: “Parece que estamos comenzando un nuevo viaje como una familia de seis”. Para los Ruffin, el regreso a casa fue un momento emotivo que marcó el inicio de una nueva etapa en la que podrían construir recuerdos juntos fuera del entorno médico.

Rara condición de los gemelos siameses

El caso de Amari y Javar Ruffin es uno de los pocos de gemelos siameses que logran ser separados con éxito. Esta condición médica es extremadamente rara, ocurriendo en aproximadamente uno de cada 35.000 a 80.000 nacimientos. Los gemelos siameses onfalópagos, como los hermanos Ruffin, representan un porcentaje pequeño dentro de esta ya de por sí rara condición. El hospital ha realizado un total de 32 separaciones de gemelos siameses desde 1957, la mayor cantidad de cualquier centro en América del Norte. La Dra. Holly L. Hedrick, quien lideró el equipo de cirugía, explicó: “El hecho de que estos corazones estuvieran separados y fueran completamente funcionales fue una gran victoria”, ya que muchos casos de siameses no llegan a una operación de separación debido a la complejidad de las conexiones anatómicas.

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