Las mujeres son más proclives a las migrañas que los hombres y el dolor que sienten suele ser más intenso y durar más.
Una migraña es mucho más que un dolor de cabeza, es un desorden debilitante del sistema nervioso.
La gente que tiene migrañas experimenta un dolor pulsante o pulsátil, típicamente en un lado de la cabeza. El dolor suele estar acompañado de náuseas, vómitos y sensibilidad extrema a la luz o el sonido.
Un ataque puede durar horas o días, y para aliviar el sufrimiento, algunas personas pasan tiempo aisladas en habitaciones oscuras.
Cerca de 800 millones de personas en todo el mundo tienen migrañas. Solo en Estados Unidos, cerca de 39 millones de personas, aproximadamente 12% de la población, las padece con regularidad.
Y, la mayoría de estas personas, son mujeres. Más de tres veces más mujeres que hombres tienen migrañas.
Para las mujeres de entre 18 y 49 años, la migraña es la principal causa de discapacidad en el mundo. Es más, investigaciones muestran que las migrañas de las mujeres son más frecuentes, más discapacitantes y duran más tiempo que las de los hombres.
Migrañas y hormonas
Hay varios factores que explican por qué los hombres y las mujeres experimentan los ataques de migraña de forma diferente.
Estos incluyen las hormonas, la genética y cómo ciertos genes son activados o desactivados –un área de estudio llamada epigenética- y el medio ambiente.
Todos estos factores juegan un rol en la configuración de la estructura, función y adaptabilidad del cerebro cuando se trata de migrañas.
Las hormonas estrógeno y progesterona, a través de distintos mecanismos, juegan a rol en la regulación de muchas funciones biológicas.
Estas afectan varias sustancias químicas en el cerebro y pueden contribuir a las diferencias funcionales y estructurales en zonas específicas del cerebro que están involucradas en el desarrollo de las migrañas.
Además, las hormonas sexuales pueden cambiar rápidamente el tamaño de los vasos sanguíneos, que pueden predisponer a las personas a ataques de migraña.