Viernes, 20 de mayo del 2022
POR BESSY RÍOS / DEFENSORA DE DERECHOS HUMANOS
Lo sucedido en Afganistán los últimos días con el ascenso de los Talibanes y el restablecimiento del Estado Islámico que hacía 20 años habían sido sacados del poder por los Estados Unidos en aquella cruzada en la que los norteamericanos daban cacería al líder terrorista Osama Bin Laden, en aquel momento luego del ataque a las torres gemelas, al sacarlos del poder la fuerza invasora estuvo al frente por dos décadas y una inversión de millones de dólares en armar un ejército y establecer un gobierno civil que lograra tener legitimidad ante sus ciudadanos, pero lo cierto es que los talibanes recuperaron el poder con mayor fuerza debido a que lo hicieron sin recibir resistencia de las entidades armadas del gobierno ante la expectativa de la población civil, en varias provincias ingresaron sin hacer un tan solo disparo, lo que significa que llegan al poder con un tremendo apoyo de los ciudadanos, ante el terror de la comunidad internacional que no concibe que ese país vuelva de manera voluntaria -en su gran mayoría- a estadios que históricamente muchos países ya han superado.
El domingo y el lunes hemos desayunado imágenes desgarradoras de gente que busca salir del país porque no ve futuro en el nuevo régimen -son una minoría- la desesperación hizo que estos civiles botaran las barreras en el Aeropuerto Internacional Hamid Karzai de Kabul el único lugar donde permanecen los soldados norteamericanos dando seguridad para sacar al cuerpo diplomático, cientos de afganos buscan subir a los aviones y se han visto videos de gente cayendo de los mismos porque se colgaron al tren del aterrizaje, dantesco todo aquello que solo nos hace recordar la otra derrota que tuvieron los norteamericanos en el siglo pasado con la salida de estos de Saigón apaleados no solo política sino militarmente, sin duda la historia se repite.
Pero lo que más ha conmocionado a la sociedad occidental es sin duda el sometimiento al que van las mujeres afganas, en redes sociales ya circulan las reglas bajo las cuales ellas deberán casi desaparecer de esa sociedad, en la cual éstas no tienen una labor medianamente relevante más que sólo en la reproducción.
A cualquier persona mediamente democrática le deberían asustar esos postulados en los cuales la vida de un ser humano pende de su ropa y que los hombres de su casa deben cuidarlas porque si son violadas siempre será su responsabilidad.
Pero lo cierto es que aquí en este país siguen violando a niñas, adolescentes y mujeres, estas víctimas siguen siendo condenadas por una sociedad que no concibe que éstas son eso, víctimas y que bajo ningún concepto tienen la responsabilidad de lo que les ocurre, pues nunca será la ropa, la hora, la soledad o una cerveza, siempre será el agresor quien aprovechó esa circunstancia.
Muchas de las personas que hablan de lo terrible que será la vida de las niñas y mujeres afganas son las que señalan y se pronuncian contra el movimiento de mujeres cuando estas salen a las calles, porque manchan paredes, gritan consignas, pues dicen que aquí no hay necesidad de hacer ese tipo de luchas porque esta sociedad no oprime a las mujeres con lo hará el Estado Islámico… ¡ahhh la hipocresía de la sociedad salvadoreña en su mayor esplendor!, éstas indignaciones no son honestas, porque si bien es cierto nuestras mujeres no están obligadas a usar la burka no deja de ser menos cierto que cuando se dan casos de violación la primera justificación que se utiliza es decir que la víctima se lo buscó por “andar enseñando su cuerpo, provocando con ropa corta o escotada” … es cierto las sociedades en Latinoamérica no te obligan a usar ese traje negro y largo, pero sí te condena por no usarlo, otra frase que se suele decir es “¿por qué andaba sola en tal o cual lugar?” una de las reglas del talibán es que las mujeres no deben andar solas deben ir con su cuidador que debe ser el hermano, el esposo o el padre… aquí no nos obligan a andar con el cuidador pero si nos pasa algo nos condenan por no haber salido con ellos pues solas nos expusimos al peligro.
Esos son solo dos ejemplos que me parece importante mencionarlos, porque esos lamentos que muchos expresan en redes sociales son solo parte del convencionalismo para poderse ver bien y creer en su ignorancia que otras sociedades son las castrantes y sentirse superiores porque aquí no se exige eso ¿creen de verdad que las mujeres están allá más sometidas a la violencia de los agresores que aquí?
Sin duda el contexto en el nuevo Estado Islámico de Afganistán es diferente, pero creer que los Estados occidentales o latinoamericanos, ya no digamos centroamericanos son superiores porque “no someten así a sus mujeres” es negar la realidad que viven a diario cientos de mujeres sometidas a círculos de violencia dentro de sus hogares, con una sociedad que guarda silencio cómplice y autoridades que no logran desmontar en sus mismas instituciones un patriarcado cruento que somete a las víctimas, mientras la policía al llegar a un hogar donde hay violencia sigan pidiendo que se “calmen los dos” mientras los jueces vean estos casos como en alguna medida responsabilidad de la víctima, nuestras mujeres seguirán compartiendo el destino de sus pares afganas, aunque consideren que son más libres, porque sus cadenas no son visibles.
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