Netanyahu ha buscado repetidamente retrasar su declaración ante la corte, donde se enfrenta a cargos de sobornos, fraude y abuso de la confianza pública en tres casos distintos.
ISRAEL.- El primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu, rechazó este martes las acusaciones en su contra al declarar por primera vez en un juicio por corrupción, el primer proceso criminal en el país contra un jefe de gobierno en ejercicio.
Netanyahu ha buscado repetidamente retrasar su declaración ante la corte, donde se enfrenta a cargos de sobornos, fraude y abuso de la confianza pública en tres casos distintos.
El dirigente israelí respondió a las preguntas del tribunal, quien le preguntó cuánto le molestaban las acusaciones. «Si le digo que es [como] una gota en el mar sería una exageración», respondió. «Estoy ocupado con asuntos de importancia mundial», continuó.
Netanyahu aseguró el lunes que llevaba años esperando el juicio, «para demoler por completo las absurdas e infundadas acusaciones» contra él.
Seguidores y detractores del primer ministro se concentraron frente al tribunal. «Netanyahu, el pueblo te respalda», gritaron algunos. Otros, en cambio, coreaban «Bibi a la cárcel», en referencia a su apodo.
El juicio comenzó en mayo de 2020, pero quedó interrumpido por la guerra en Gaza estallada tras el ataque de Hamás del 7 de octubre de 2023.
Por motivos de seguridad, el juicio se desplazó de Jerusalén a Tel Aviv.
El primer ministro había presentado varias solicitudes para retrasar el procedimiento debido a las guerras en Gaza y Líbano.
En el primero caso que juzga el tribunal, Netanyahu y su mujer Sara están acusados de aceptar más de 260.000 dólares en bienes de lujo como cigarros, joyería y champán de benefactores multimillonarios a cambio de favores políticos.
Los otros dos giran en torno a los presuntos intentos de Netanyahu de negociar una cobertura más favorable en dos medios israelíes a cambio de debilitar a la competencia y de favorecer una operación empresarial del propietario del grupo, respectivamente.
Desde su regreso al poder a finales de 2022, la coalición de gobierno de Netanyahu ha chocado con la justicia y las fuerzas del orden y ha provocado importantes manifestaciones al intentar desplegar nuevas leyes que debilitarían a los tribunales.
Los críticos de Netanyahu lo acusan de ser un político muy corrupto que haría cualquier cosa para seguir en el poder y confían en que estos casos impartan justicia.
El lunes, una decena de ministros del gobierno de Netanyahu enviaron una carta al fiscal general pidiendo el retraso del juicio ante los recientes acontecimientos en Siria tras la caída de la dinastía Al Asad.
Pero la fiscalía ha rechazado estas peticiones argumentando que es de interés público concluir el juicio lo antes posible, aunque ha aceptado reducir las audiencias de tres a dos a la semana debido al trabajo del primer ministro.