Por: Fausto Segovia Baus, columnista en EL COMERCIO.
Se trata de Diego Echegoyen, de origen salvadoreño, quien asumiría la secretaría general del Organismo Internacional de Juventud para Iberoamérica (OIJ), de contar con el apoyo de varios gobiernos.
La OIJ -reconocida como la principal institución del mundo especializada en juventudes- se creó en 1992 con el objetivo de “impulsar la cooperación entre los países de la región, para el fortalecimiento y el diseño de políticas públicas que garanticen el acceso a educación, justicia social, equidad y empleo digno”.
Su misión es promover el ejercicio pleno de los derechos de los jóvenes iberoamericanos, en el contexto del desarrollo humano y social. En diciembre próximo se reunirán los ministros y responsables nacionales de juventud de 22 países, para designar al nuevo secretario y fortalecer las estrategias iberoamericanas en este ámbito.
El caso de Diego Echegoyen es particular por varias razones: porque, de acuerdo al principio de alternancia subregional, le corresponde a Centroamérica conducir el OIJ; porque los gobiernos le consideran un candidato apto por su formación y experiencia, para liderar los cambios de esta organización; y, por su personalidad emprendedora que ha demostrado eficiencia en la ejecución de proyectos desafiantes en ambientes regionales y globales gracias a su liderazgo, las redes de contactos internacionales y los resultados obtenidos.
Más allá de sus méritos profesionales y académicos -con diplomados y maestrías-, Diego Echegoyen es un especialista formado en la acción de proyectos innovadores de mejoramiento de la juventud tanto en Europa e Iberoamérica, con iniciativas exitosas en su país y otros, como “El País que Viene” y “La Escuela del Propósito”, una comunidad de profesionales referentes de distintas industrias y contextos dedicados al desarrollo de proyectos de impacto, con énfasis en el empleo juvenil, la inclusión educativa y el acceso a oportunidades para la población joven. Echegoyen es también autor de dos novelas y trabaja en una tercera, que son testimonios de su talento literario.
Sus logros han sido reconocidos por la Asamblea Nacional de El Salvador y por Su Majestad el Rey Felipe VI de España, quien le entregó el Premio Internacional Novia Salcedo a la Integración Juvenil, y obtuvo el Global Youth Action Award, en Nueva York, como autor de uno de los nuevos proyectos más innovadores en materia de juventud a nivel global. Ha recibido también un Doctorado Honoris Causa en Ciencias Sociales, por su trabajo en favor de la juventud.
Este emprendedor social, de origen humilde -fue un niño de la calle y sin hogar por muchos años-, ahora se propone “impulsar una profunda transformación en el único Organismo Internacional de juventud del mundo, con miras a poner, en función de los gobiernos y de 160 millones de jóvenes de la región, capacidades y herramientas que permitan alcanzar los cambios que las nuevas generaciones iberoamericanas esperan”.
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